Las imágenes de las recientes inundaciones, en varias regiones del país, dejaron ver tan solo la superficie de un serio problema tanto para los usuarios de los carros, como para las compañías aseguradoras y los talleres reparadores: el proceso de recuperación y el costo de las reparaciones de los vehículos afectados.
Principales daños en el vehículo
Unos de los primeros daños, en caso de que el nivel alcance el ducto de admisión del motor, es el ingreso de agua a las cámaras de combustión causando daños en bielas y corrosión en el interior del motor; tanto en el bloque como en los conductos de lubricación y cojinetes.
El aceite se afecta de manera inmediata pues pierde sus propiedades originales, como también elementos filtrantes y otras áreas del interior del motor poco visibles. Otro aspecto que colapsa inmediatamente es el suministro eléctrico que alimenta las unidades electrónicas, computadoras, motores eléctricos, alternador, motor de arranque entre otros elementos.
Un factor muy importante es la corrosión que se puede presentar en la carrocería del vehículo, tanto en la parte estructural, pernos y tuercas, como en bordes de puertas y chapas y al interior del maletero.
La presencia de lodo entre celdas del radiador, alternador, entradas y ductos de aire, elementos filtrantes, aislantes acústicos, conexiones eléctricas y de escáner, debe ser inspeccionada y descartada; así como en los elementos de suspensión, farolas, tableros de tapicería, tablero de instrumentos, tapicería de techo, alfombra y asientos.
Procesos de valoración
A continuación, presentamos el procedimiento adecuado para la inspección y valoración de daños de un vehículo inundado, teniendo en cuenta que las áreas de inspección son, en su orden, mecánica, electricidad y electrónica, tapicería y por último, carrocería.
En cuanto a la inspección mecánica (tanto de motor, cajas de velocidades -manual o automática-y diferencial), es de mencionar que del análisis del aceite, luego de drenarlo, se pueden observar indicios de penetración del agua por el conducto de admisión y, por consiguiente, derivar en la necesidad de destapar el componente con su implicación en costos.
Por su parte, la inspección de los componentes eléctricos y electrónicos es de lo más dispendioso. Antes de cualquier acción es imprescindible verificar que la batería haya sido desconectada para tener certeza de trabajar en circuitos vivos.
Luego de este paso inicial, es preciso armarse de un removedor de humedad para componentes eléctricos y aplicarles, uno a uno, a los conectores, siempre con el indispensable proceso de secado.
Posteriormente, viene la verificación de continuidad con tester de los componentes descritos en el cuadro sinóptico, el diagnóstico, la cotización y la toma de decisiones.
En el área de tapicería es importante tener en cuenta que los fabricantes de trim producen cantidades limitadas de tapizados, apenas para cubrir la demanda de equipo original de los ensambladores. Luego, en algunos casos, no es fácil conseguir como repuestos piezas muy deterioradas o manchadas por la inundación.
Por último, para la carrocería se sugiere un sencillo procedimiento de inspección, valoración, lavado escrupuloso, secado y toma de acciones correctivas.
El hecho de que el auto se haya inundado no implica su descarte y pérdida total, pero sí exige una muy cuidadosa inspección y valoración para que el arreglo no salga más costoso en tiempo y dinero que el cubrimiento de la póliza.
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